Debido a que las  lamparas halógenas poseen una eficiencia de alrededor de 25 lumens/w y las lámparas fluorescentes compactas con ballasto (CFL) pueden alcanzar sólo 60 lm/w, en Europa ya se habla que, para el año 2020,  ambas tecnologías estarán prohibidas por ley.

Para el año 2020 el Proyecto de la nueva Reglamentación Europea habrá prohibido efectivamente a la tecnología halógena de tungsteno y el fluorescente compacto como fuentes de Iluminación.

Como parte de una revisión de la normativa legal de diseño ecológico, se requerirá para todas las fuentes de iluminación un mínimo de eficiencia de 85 lumens por watts y un máximo de energía de reserva de 0.5 watts.

Las lámparas fluorescentes compactas fueron promocionadas en el mercado como una tecnología ecológica pero la realidad es que en el sector hogareño su compra no fue una buena decisión. La presencia de mercurio fue el disparador de numerosas críticas a esta tecnología.

Debido a que las lámparas halógenas poseen una eficiencia de alrededor de 25 lumens/w y las lámparas fluorescentes compactas con ballasto pueden alcanzar sólo 60 lm/w, en Europa ya se habla que, para el año 2020,  ambas tecnologías estarán prohibidas por ley.

Las normativas de diseño ecológico son las llamadas «Bulb Ban»o normativas de diseño que «eliminarán las bombillas tradicionales”, un mecanismo de eliminación gradual en la Unión Europea de toda fuente de iluminación ineficiente. En los últimos años las leyes han prohibido de forma progresiva las fuentes incandescentes y lo mismo sucederá para los bulbos halógenos, incluyendo velas, GLS (Lámparas de Propósito Generales), globos y resto de  lámparas de cualquier medida.

Las eliminación del mercado de las lámparas fluorescentes compactas es altamente simbólico, ya que esta fuente de iluminación ha representado en los años 90 a la iluminación ecológica. Sin embargo, mientras el CFL (lámpara fluorescente compacta) encontró su nicho en aplicaciones comerciales, los hogares nunca la consideraron de la misma forma; muchos usuarios de hogares estaban disconformes con dos aspectos: la temperatura color fría y el largo tiempo que implicaba el arranque. La presencia de mercurio también fue vista como su talón de Aquiles, lo que afectó negativamente la aprobación o luz verde de esta tecnología.

Mientras muchos lamentarán la pérdida del CFL, la industria del entretenimiento lanzó una campaña para reclamar contra la eliminación de los halógenos de tungsteno. El movimiento – llamado Salven la Iluminación de Escenario (Save Stage Lighting) – fue lanzado por la Asociación de Diseñadores de Iluminación, cuyos miembros trabajan en teatros y eventos en vivo.

El Proyecto de estas nueva regulación europea propone también el regreso a la época de artefactos de iluminación con lámparas reemplazables o removibles. En este contexto se estima que, para Septiembre 2020, los fabricantes de luminarias deberán asegurar que las fuentes de iluminación de los artefactos que comercialicen sean libremente removibles y reemplazables. Eso plantea que los fabricantes e importadores asegurarán fuentes de iluminación y dispositivos de control acordes a esta regulación, los cuales podrían ser fácilmente removidos sin daño mecánico permanente para el usuario final.

Si se adopta este propósito, las mayores implicancias estarán centradas en CÓMO se fabricarán las lámparas.

Aunque los requerimientos de reemplazo o remoción pondrá a los proveedores de iluminación en una situación no beneficiosa para ellos, el beneficio asociado a las nuevas regulaciones es enorme en términos de protección del ambiente, contribuyendo a una mejor experiencia del usuario final. Con fuentes de iluminación y componentes separados reemplazables o removibles, los usuarios finales podrán hacer mejor uso y de forma independiente de los equipos de control y ayudar a reciclar el medioambiente.

Fuente: LuxReview/Kinglumi